domingo, 5 de febrero de 2012

2* Confusión (Edición final)

Karlos era, hasta ese momento, la persona a la que más confianza le tenía. Siempre había comunicación y nunca nos ocultamos un secreto, pero su mirada me transmitía algo mágico que jamás imaginé en él. Con mucha fuerza me jaló del brazo y me besó.

Su boca suavemente toco la mía algunos segundos. Fue extraño, pero jamás cambiaría ese momento. No tardé mucho y me aparté inmediatamente. Jamás pensé besarme con una persona del mismo sexo, mucho menos con mi amigo. No entendía lo que había ocurrido, y sin pensar hui del lugar.

El silencio de la madrugada en las calles de la Ciudad de México, hacía el momento solo y tenebroso. Cuando mi reloj marcaba las 3:15, confundido me senté en la acera bajo un árbol, y un vacío en mis pensamientos ahogaban la razón. Solo quería olvidarme de lo ocurrido y quitar el miedo de llegar a casa. En ese momento la soledad era mi mejor consejera. Bajo el árbol encontré un anillo, de esos baratos, pero con un valor sentimental incomparable, y en el interior pode ver la frase: para nuestro amor no hay barreras. Las palabras no tenían sentido alguno para mi, y hasta cierto punto, me parecía absurdo que para el amor no hubiera barreras.

Horas después, sin poder explicarlo, llegué a casa. Me encontraba solo y comencé a recordar lo sucedido con Karlos. No me encontraba bien, así que decidí ir a la recamara. Al recostarme, me perdí en un profundo sueño, donde mi vida se resolvía y los problemas se diluían entre las nubes blancas de la tranquilidad.

Al despertar me encontraba en el suelo y mis manos manchadas de sangre, con el cuerpo frio y temblando conseguí levantarme. Fueron los trozos de cristal de una copa, los causantes del accidente. Inmediatamente fui a lavarme y curar mis heridas.

Ya en la noche, como era costumbre, encendí la computadora para platicar con mis amigos a través de internet. Y ahí se encontraba él. El corazón comenzó a acelerar sus pulsaciones y mis nervios se hacían evidentes. Me helé, literalmente no podía mover ni un dedo. No hice nada, hasta que él comenzó la conversación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario